El presidente, Javier Milei, visitó ayer la ciudad de Ushuaia en el marco de la campaña electoral, llevando un mensaje centrado en la defensa de las reformas impulsadas por su gestión y la necesidad de que el electorado respalde el proyecto en las elecciones del 26 de octubre. Durante su estadía, que incluyó un recorrido por la fábrica Newsan y entrevistas con medios locales, el mandatario confrontó las críticas y vinculó las resistencias a lo que denominó “el partido del Estado”.

Quejas del statu Quo

Frente a las críticas y resistencias que enfrenta su administración, Milei fue contundente al atribuirlas a la magnitud de los cambios: “Imaginate alguien que está haciendo una reforma de 180 grados como la que estamos impulsando nosotros, evidentemente el statu quo se va a quejar”, afirmó en el diálogo radial.

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El jefe de Estado contrastó los logros de su gestión con la “herencia” recibida, trazando una disyuntiva clara para el electorado: “¿O acaso querés volver a niveles de inflación del 300%, o del 1,5 diario, que iba escalando a los 17.000; o 57% de pobres, una economía estancada desde el año 2011? Por lo tanto, está claro: hay que dejar el pasado atrás y hay que avanzar”.

Una elección clave

El presidente subrayó que las elecciones legislativas se configuran como un plebiscito sobre el rumbo económico y social del país, pidiendo abiertamente el acompañamiento de la ciudadanía. “Estamos a mitad de camino”, insistió, y elevó el tono al plantear la contienda como una elección nacional que define el modelo de país.

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“¿Querés volver a vivir con la inflación? ¿Querés tener a la gente esclavizada con la dádiva? ¿Querés que la gente se muera de hambre? ¿Que la pobreza explote? ¿O querés una situación donde la pobreza está cayendo, la indigencia está cayendo, la economía se está recuperando, la inflación va desapareciendo de a poco?”, interrogó Milei, enmarcando la votación en una elección entre el “progreso” y la “dependencia del Estado”.

Críticas al sindicalismo

La visita a Ushuaia, epicentro de la industria electrónica con reclamos vinculados a la política de apertura de importaciones, estuvo marcada por una manifestación de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en las afueras de la planta de Newsan. Milei relativizó la protesta y cargó con dureza contra los gremios, a los que calificó de “politizados” y alineados con “el partido del Estado”, un modelo que, según su visión, llevó al país al subdesarrollo.

Frente a las movilizaciones, el mandatario defendió los resultados de su administración, a la que presentó como “la esperanza de un futuro mejor”: “Lo estamos haciendo, porque los resultados nos avalan”, aseveró.

Herencia recibida

Al abordar la situación social, Milei rechazó la distinción entre macro y microeconomía y defendió los indicadores de su gobierno, asegurando que “12 millones de personas salieron de la pobreza” y que “la indigencia cayó a 7%”, lo que significaría que “hay 6 millones de argentinos que hoy comen y antes no comían”. A pesar de reconocer que el 31% de la población sigue en situación de pobreza, responsabilizó a la administración anterior por la crisis heredada, comparando el contexto económico recibido con una combinación de los peores momentos históricos como el “Rodrigazo” de 1975, los indicadores sociales de 2001 y las condiciones del Banco Central previas a la hiperinflación de Alfonsín.

Acompañado por los candidatos de La Libertad Avanza en Tierra del Fuego, el presidente continuó su gira con una caminata por el centro de la ciudad, en medio de un fuerte operativo de seguridad, manteniendo el eje de su discurso en la necesidad de consolidar el cambio a través de las urnas en octubre.